Qué es la Psicología Transpersonal

Psicología Integral
Psicología Transpersonal

(texto extraído de madridpsicologia.com)

Los intentos de conciliar la psicología con la espiritualidad vienen de antiguo. De hecho, esta conciliación no ha sido necesaria hasta que no se ha dado una previa separación y diferenciación de esas dos esferas que en todas las culturas, a excepción del moderno occidente, nunca se han encontrado totalmente disociadas. La psicología transpersonal es una escuela psico-espiritual de orientación claramente humanista, desarrollada sobre todo en California, que nace con la pretensión de reparar esa fractura. En este sentido, suele decirse que es un intento de unificar los modelos descritos por la psicología occidental con las enseñanzas de la espiritualidad oriental (como si en occidente no hubiera espiritualidad o en oriente psicología).

La psicología transpersonal es un intento de unificar la psicología occidental con la espiritualidad oriental.

La psicología transpersonal (o integral) propone un “mapa de la conciencia” articulado en estratos, en el que unos niveles absorben dialécticamente a otros en un continuo de complejidad creciente. El ser humano es un compuesto de cuerpo, mente, alma y espíritu, siempre deslocalizado entre lo individual y lo colectivo, entre lo egoísta y lo altruista, entre lo consciente y lo inconsciente (o supraconsciente)… El hombre es la síntesis de todas las tensiones en una escalada evolutiva que va de lo inorgánico a lo orgánico, del cuerpo a la mente y de ésta hacia el espíritu.

Así pueden reconciliarse las distintas corrientes, casi trincheras, psicológicas en una visión más completa que articule todas las dimensiones conocidas del ser humano (las descritas por el psicoanálisis, las psicologías existenciales, cognitivas…). Pero esto es tan sólo la primera etapa del camino, la mitad “personal” del viaje de la conciencia, por decirlo así.

Igualmente intentan integrar las diferentes visiones espirituales o “transpersonales”, siguiendo el esquema de la llamada filosofía perenne, que postula un núcleo duro (esotérico) semejante en las distintas religiones. Según estos autores, aunque las espiritualidades tengan diversos modos de expresión (dependientes de época y cultura), están diciendo esencialmente lo mismo, como una misma obra traducida a varios idiomas, una especie de sabiduría universal.

Así, desde una visión global que incluya el ser humano completo (cuerpo, mente, espíritu), se ha llegado a sugerir (Ken Wilber) que podrían entrenarse una especie de “terapeutas de cabecera” que envíen al paciente al gimnasio, al centro de yoga, al psicoterapeuta o al maestro zen, según los niveles (biológico, psicológico, espiritual…) concretos que se necesite trabajar en cada caso.

Uno de los principales problemas teóricos de este corriente es que debido a la cantidad y diversidad de enfoques que pretende integrar, parece que, en ocasiones, se ensamblen con calzador, a veces, caricaturizando o desnatularizando densas corrientes de pensamiento (psicológico, filosófico o espiritual) para que encajen con el “modelo integral”.

En la práctica, uno de los métodos preferidos de la psicología transpersonal es la alteración de la conciencia (Stanislav Grof), buscando estados interiores, en los que sea más fácil localizar los conflictos y resolverlos vivencialmente, movilizando toda la energía psíquica que estos estados, casi místicos, generan. Y que se inducen a través de sustancias, bailes, meditación, recitación de mantras, ejercicios de respiración, etc.

Si bien los estados alterados son una perfecta plataforma terapéutica, también hay que decir que abren la caja de Pandora del inconsciente. Y manejar a los demonios, una vez que se han despertado siempre es peligroso, especialmente en contextos tan precarios como talleres de fin de semana o cursillos breves (y con precios casi imposibles).

Otro obstáculo es que hemos perdido el marco antropológico apropiado, el contexto en el que estas prácticas son adecuadas y tienen sentido. El injerto de una técnica oriental (o chamánica) en el mundo occidental es más que problemático y en muchos cenáculos transpersonales se habla igual de chakras, complejo de Edipo, el ángel interior o psicologías cognitivas, y se cita a San Juan, a Freud o a Krishnamurti. Todo es “integrable”. Este panorama tiende a generar espiritualidades baratas, a lo new age.

A mi juicio, habría que unir lo crítico a lo transpersonal, en una psicología verdaderamente integral y más modesta, sin pretensiones de totalidad. En este sentido, lo más interesante de la psicología transpersonal es su intento por rescatar las dimensiones profundas de la existencia, olvidadas desde hace tiempo en occidente para situarlas en un continuo ontológico (la gran cadena del ser) que ofrezca una visión de conjunto sin negar ninguna de las casi infinitas dimensiones de esa densa realidad que es el ser humano.

 

Rafael Millán (texto extraído de madridpsicologia.com)

 

Bibliografía recomendada.

– La psicología del futuro, Stanislav Grof. Ed. Liebre de Marzo, 2002.

– Sexo, ecología, espiritualidad, Ken Wilber. Ed. Gaia, 1995.

 

Autor: Shihabuddin

Psicólogo y escritor. Practicante del sufismo en la tariqat naqshbandi.

7 opiniones en “Qué es la Psicología Transpersonal”

  1. La proyección, en el Psicoanálisis, es un mecanismo de defensa a tra-vés del cual el individuo se enfrenta a conflictos emocionales y amena-zas, posiblemente de origen interno o externo, atribuyéndole incorrec-tamente a otra persona, sentimientos, impulsos o pensamientos propiosque no se presentan en la realidad. Consiste en proyectar cualidades,características de personalidad, deseos y/o sentimientos, dirigiéndoloshacia alguien a quien se los pueda atribuir fácilmente»
    .Una de las mayores confusiones en lo que llamamos «amor»,es la forma en la que interpretamos a la otra persona. El serhumano se caracteriza por completar cualquier carencia de en-tendimiento o información, recurriendo a su provechosa imagi-nación. El saludo de una muchacha es un hecho simple, vacío,incompleto de rasgos y detalles que no ofrecen más que la meraimagen del saludo. Aun así, percibimos en ello un irrefutabletimbre de voz; una intensidad y una debilidad en su sonido. Per-cibimos ciertas características de la personalidad de esa personaaunque, no obstante, estas fuentes jamás nos serán suficientes; no bastará solamente con conocer el episodio del saludo, la gentile-za, su educación. Así pues, agregamos a nuestra lectura mentaltodas aquellas características restantes que la persona no ha ex-presado en sus acciones, mediante nuestra creativa imaginación.Y así construimos con nuestra mente un ser imaginario con unrostro y un nombre del que quizá ya dispongamos. ¿Y qué ocu-rre cuando se presentan nuevas características que ya habíamosimaginado previamente? Detalles de la personalidad que ya exis-tían en aquel individuo pero que, sorpresivamente, desconocía-mos por completo. Será esta una guerra entre la realidad y nues-tra imaginación, donde las ruinas resultantes se transformaránen una intensa negación de hechos que concluirán finalmentecon la resignación.Así funciona el amor a primera vista; algo que descubrimos enuna persona, nos ayuda a crear en nuestra mente un ser perfecto.Una persona cuyo rostro y nombre quedarán grabados allí porsiempre. Y en ese entonces, cuando la verdadera personalidad denuestra alma gemela intenta reemplazar a aquella que aún per-dura en nuestra imaginación, se transforma todo en una intermi-nable guerra de sentimientos y sorpresas que llevarán a la deses-peración. Quizá, tras esos persistentes disparos y explosiones delucha y pasión, concluya esta batalla en una gran calma mental de esperanzas vacías. De magia inexistente donde la fantasía noexiste; ni la fe ni la emoción, pero donde por alguna razón, el al-ma sigue en pie, sonriente y orgullosa .Danser Caith

  2. Una persona es un proceso psíquico al que no domi-na, o sólo parcialmente. Por eso no puede dar un juicio fi-nal de sí misma ni de su vida. Para ello tendría que saber todo lo que la concierne, pero a lo más que llega es a figu-rarse que lo sabe. En el fondo, uno nunca sabe cómo haocurrido nada. La historia de una persona tiene un co-mienzo, en cualquier punto del que uno se acuerda, peroya entonces era muy complicado. Uno no sabe adonde vaa parar la vida. Por esto el relato no tiene comienzo, y lameta sólo se puede indicar aproximadamente.La vida del hombre es un intento arriesgado. Sólocuantitativamente se le puede considerar como un fenó-meno prodigioso. Es tan efímero, tan insuficiente, que esun milagro que pueda existir algo y desarrollarse. Esto meimpresionó ya cuando era estudiante de medicina, y me pareció que sería un milagro no morir prematuramente.La vida se me ha aparecido siempre como una plantaque vive de su rizoma. Su vida propia no es perceptible, seesconde en el rizoma. Lo que es visible sobre la tierra durasólo un verano. Luego se marchita. Es un fenómeno efí-mero. Si se medita el infinito devenir y perecer de la viday de las culturas se recibe la impresión
    de
    la nada absolu-ta; pero yo no he perdido nunca el sentimiento de algo quevive y permanece bajo el eterno cambio. Lo que se ve esla flor, y ésta perece. El rizoma permanec

  3. El yo es el punto focal de la conciencia. El yo es el portador de nuestra conciencia consciente de existir, así como el sentimiento permanente de identidad personal. Es el organizador consciente de nuestros pensamientos e intuiciones, de nuestros sentimientos y sensaciones. Es el portador de la personalidad. El yo surge del si-mismo… desempeña papeles de crucial importancia. Percibe significados y evalúa valores, actividades que favorecen la supervivencia y hacen que la vida valga la pena vivirse” (4).

    El eje ego-sí mismo es crucial en esta cuestión que estamos debatiendo, pues afirma la funcionalidad importante del yo a la vez que lo relativiza, ya que su origen es el arquetipo sí-mismo como centro verdadero del “individuo” en parte personal, en parte transpersonal (inconsciente individual y colectivo). Punto de vista parecido encontramos en R. Assagioli, “Psicosíntesis”.

    “El yo personal y el Transpersonal son, de hecho, la misma realidad experimentada en diferentes niveles: Nuestra verdadera esencia tras cualquier tipo de máscara y condicionamiento” (5). El yo personal en psicosíntesis es la conciencia pura, que una vez se ha desprendido de los elementos psicológicos que la estructuran y refuerzan tiene la tendencia de volver a su origen el Yo Transpersonal. A partir del momento en que se descubre la confianza en sí mismo y la individualidad, puede empezar una transición progresiva hacia una comprensión global de la universalidad. Para que no haya errores de interpretación, quiero añadir las afirmaciones siguientes: “El yo es la experiencia psicológica más fundamental que tenemos: la conciencia cristalina, clara y limpia”. “El yo no es una realidad que haya de admitirse a ciegas. Es algo que se puede comprobar continuamente en nuestra vida diaria, pues es puro silencio interior”. “… si nos observamos con atención, nos damos cuenta de que hay un elemento permanente, las sensaciones corporales cambian, los sentimientos se desvanecen, los procesos y pensamientos fluyen pero algo permanece para darse cuenta de ese flujo. Este algo es el yo, y podría definirse como la conciencia en su estado esencial no diluido, químicamente puro”. Este yo personal es el que puede reconocer las diferentes subpersonalidades presentes en el individuo, pues como conciencia testimonio ve las diferentes subpersonalidades que son satélites psicológicos que coexisten con una multitud de vidas dentro del conjunto global de nuestra personalidad. Trabajar nuestras sub-personalidades (sub-egos) es aumentar nuestra unidad, aumentar el sentido del Yo tal como se entiende en psicosíntesis.

    Esta cuestión es trabajada también por Virginia Satir (6), que compara la personalidad con un teatro en el que actúan diferentes personajes, “amor”, “estupidez”, desamparo”… que están a “matar” entre ellos, hasta que uno pregunta “¿Quién es el encargado?”. Esta sería la función del yo en Virginia Satir… recordemos aquí a Karen Horney con su yo débil (yo neurótico) y el yo fuerte (menos neurótico).

    Querría recalcar también la visión de Ken Willber (psicólogo transpersonal) en la que coincide con Piero Ferucci en cuanto a la conciencia testimonio como trampolín a la conciencia de unidad. Siendo esta conciencia testimonio una realidad viviente y no una abstracción o ficción o ilusión (7).

    Para terminar la vuelta por el occidente contemporáneo citaré a Jim Leonard, creador del vivation, y su definición del yo:

    Yo (self): “Parte de un individuo que percibe y contempla realidades, clasifica realidades en conceptos, crea y refina modelos de realidad, crea y adopta o rechaza contextos nuevos, descubre contextos exixtentes y/o bien continúa usándolos o rechazándolos o estructurándolos, y/o bien mantiene el contenido en un cierto contexto o reclasifica el contenido de un contexto a otro”.

    Me gustaría dar entrada a Alexander Lowen con el concepto de Ego-Self (periferia-centro). También a Berne, con el concepto de adulto frente al “Padre” y al “Niño” en el Análisis Transaccional, es decir, estado adulto del yo, estado padre del yo y estado niño del yo… y a los reduccionistas conemporáneos, en el nivel cerebral, en el que el lóbulo frontal tiene una función, el occipital otro… manteniendo un equilibrio entre las diferentes zonas cerebrales y del sistema según la información que llega de todas las partes del cuerpo exteriores o internas, vía nerviosa u hormonal… sólo para reflexionar digamos que si uno se pone frente a un espejo “como si” estuviera contento el tiempo suficiente, el cerebro terminará elaborando las substancias de “contento” y realmente se termina sintiéndose contento de verdad (internamente). Esto nos daría una idea del estado dinámico del centro cerebral.

    conclusión:

    La síntesis oriente-occidente está muy lejos de producirse, pero los esfuerzos y los pasos que se han hecho son muy útiles. Los puristas, los ortodoxos de los sistemas no verán con buenos ojos una síntesis, pero me inclino a pensar que visiones como la psicosíntesis, Jung… que están a caballo entre las dos culturas, son un paso a considerar, como soporte, como estelas en el mar en este viaje que es nuestra vida.

    El camino es único para cada uno, pues cada uno tiene una casa (pautas fijas de pensamiento) que ha de derribar para encontrar el tesoro que encierra. Terminaré con unas palabras de Rumi(maestro sufi):

    “Destruye tu casa y con el tesoro oculto en ella podrás construir miles de casas. El tesoro está debajo de ella; no hay más remedio, no dudes en derribarla, ¡No lo demores!”

  4. Renacimiento (de Rebirthing-Breathwork en inglés, abreviado generalmente a Rebirthing en varios idiomas) es una técnica descubierta por Leonard Orr en Estados Unidos en las décadas de 1960 y 1970. Esta técnica se basa fundamentalmente en ejercicios físicos de respiración consciente (la persona dirige su respiración) y conectada (sin interrupción entre exhalación e inhalación) y en técnicas de pensamiento creativo.
    Las causas de la negatividad
    Según Leonard Orr y Sondra Ray hay 8 causas principales de la negatividad en la vida de las personas (llamado los 8 grandes traumas – The 8 biggies). Estas se pueden tratar con la técnica de Renacimiento. Son las siguientes:[2]

    * El trauma de nacimiento.
    * El trauma de la escuela.
    * El síndrome de desaprobación parental.
    * Los negativos específicos – La mentira personal.
    * El trauma de la religión.
    * La urgencia inconsciente de muerte.
    * La senilidad.
    * Las vidas pasadas.

    El Renacimiento es considerado por algunos como una técnica de crecimiento personal que ayuda a la auto superación. Para otros es una rama de la psicoterapia alternativa especializada en ejercicios de respiración con muchos beneficios terapéuticos

    Según Jim Leonard[1] el objetivo del Renacimiento es la integración. La integración es el proceso por el cual se logra que algo desagradable y desconocido de la persona se convierta en algo maravilloso de su conciencia normal. Según esta visión la integración es el opuesto a la represión. Represión es el proceso de decidir que algo es desagradable y esforzarse para apartarlo de la conciencia para no sentir lo que provoca. Integración es el proceso de traer a la conciencia algo que en el pasado se reprimió escogiendo disfrutar de ello. La represión de cualquier experiencia siempre lleva asociada una creencia negativa. Una creencia negativa es un pensamiento que tenga al menos uno de los siguientes componentes: es desafortunado que sea de esta forma —lo desagradable—, pero es justo así como tiene que ser —elección—. Cuando una creencia es reprimida ya no se vive como una simple creencia sino que pasa a ser una realidad para esa persona.

    Se suele decir que el Renacimiento busca re-crear el pasado llegando incluso hasta el momento del nacimiento, del parto, de la concepción, o de cualquier vivencia que se haya tenido. Recreando el pasado se buscan las creencias negativas reprimidas para traerlas nuevamente a la memoria y poder trabajarlas de forma que sean integradas, transformándolas en nuevas creencias positivas. Se podría decir que se trata de entender aquellas situaciones desde otra visión que te apoye en el presente..
    Tres bases fundamentales:

    La respiración: Base física / energética.
    La técnica de la respiración dentro del Renacimiento se realiza en diferentes sesiones periódicas o puntuales, y se efectúa en seco o sumergidos en agua. En seco se realiza habitualmente tumbados boca arriba de manera relajada. Sumergidos se puede hacer en bañeras y piscinas de agua fría o caliente, lo cual puede ayudar a a potenciar la sesión o a darle un matiz distinto.

    La respiración es una herramienta para lograr:

    * Activaciónes:
    o La respiración de Renacimiento sirve para activar o energetizar. No es una técnica para relajarse.
    * Purificación:
    o A nivel físico: se limpia el cuerpo de toxinas.
    o A nivel emocional: liberación de las emociones contenidas o reprimidas.
    o A nivel mental: corrige creencias y pensamientos negativos o desvitalizantes.
    * Conexión:
    o Una sesión de respiración de Renacimiento se realiza frecuentemente con una actitud espiritual o de conexión con lo divino.

    La respiración es la herramienta para potenciar el proceso sanador y terapéutico pero por si misma es insuficiente. Además será necesario saber que es lo que se está potenciando para lo cual son imprescindibles las otras dos bases del Renacimiento que se exponen a continuación

    El pensamiento creativo: Base mental.

    El propósito de esta base es cambiar conscientemente los sistemas de creencias de la persona que no funcionan o causan problemas en su vida. Se utilizan técnicas, algunas ancestrales, como la visualización positiva y sobre todo las afirmaciones. Una afirmación es una frase positiva que deseas y quieres incorporar a tu vida para que traiga los resultados esperados o deseados y materializarlos en tu vida. En rebirthing se repite constantemente: pensamientos positivos producen resultados positivos y pensamientos negativos producen resultados negativos.

    El sentido de pertenencia: Base espiritual

    Como técnica terapéutica el Renacimiento camina con las corrientes de psicología transpersonal que consideran que los individuos se ven afectados psicológicamente por factores que están más allá de la persona. Parten de la idea de que el individuo pertenece a algo que es más grande que «el yo». Incorpora en la terapia el concepto de Dios/Energía/Universo relacionando al individuo con el todo. También incluye el sentido de pertenencia a una sociedad, a un grupo, a una familia, etc

    El trauma de nacimiento
    Comprende desde el momento de la concepción, pasando por el nacimiento y hasta las primeras experiencias de adaptación al medio en los primeros meses de vida.

    Parte de la idea de que el momento del nacimiento (la salida del útero materno que tendría que ser para el bebé un lugar ideal, en el que se siente protegido y cómodo) puede ser extremadamente traumático para la persona. Expone las mismas ideas que el doctor Frederick Leboyer en su libro de 1975 «Por un nacimiento sin violencia». El primer objetivo que tuvo el Renacimiento cuando se creó fue el de «volver» para tener la oportunidad de sanar y limpiar este trauma

    El trauma de la escuela
    El trauma de la escuela es básicamente la contaminación energético-emocional de otras personas.

    El cuerpo energético de los niños se sobrecarga tanto con la contaminacion energético-emocional de los otros niños y adultos, en la escuela, que generalmente nunca se recuperan. Nuestra divinidad natural puede dañarse y arruinarse tanto en la escuela, que morimos con ella. De hecho, la contaminación energético-emocional es una de las tres causas principales de muerte; las otras son la ignorancia y una dieta deficiente
    El síndrome de desaprobación parental

    Los niños que no reciben la suficiente atención o afecto adaptan su comportamiento o pensamiento para reprimir el dolor que ello les provoca. También es posible que sean juzgados, reñidos o amonestados por actuar de una forma que para ellos es natural. Por ejemplo muchos padres dicen a menudo a sus hijos «no llores» cuando esa expresión del dolor es natural para ellos. De esta forma se realiza una programación del pensamiento encaminada a reprimir las emociones y sentimientos. Los hijos buscan la aprobación de sus padres actuando de la forma que ellos esperan, reprimiendo lo que verdaderamente sienten.

    Esto se traslada más tarde a las figuras paternas de la sociedad (jefes, autoridades, etc.) y se ve involucrado todo el proceso de educación y socialización de la persona. El problema se da cuando las personas traicionamos nuestra verdadera naturaleza para encajar en nuestra familia o en la sociedad.

    El Renacimiento pretende que la persona se haga consciente de cuales han sido los impulsos reprimidos buscando la aprobación parental para poder liberarlos

    Las vidas pasadas
    Aceptando como cierta la idea de la reencarnación, el Renacimiento trata de generar recuerdos de vidas anteriores, no para alimentar una curiosidad banal, sino de forma práctica encaminada a dos objetivos:

    * Hacer conscientes posibles traumas adquiridos en otras vidas heredados en la actual.
    * Recordar habilidades que se tenían antes para seguir desarrollándolas

    Beneficios de la técnica

    Aquellos que practican Renacimiento afirman que algunos de los beneficios de esta técnica pueden ser:

    * Una profunda y duradera paz interior.
    * Claridad mental.
    * Grandes beneficios en las relaciones con los demás – en relaciones íntimas, familiares, sociales y profesionales.
    * Desarrollar la habilidad para manejar los desafíos en la vida profesional y en general.
    * Eliminar los patrones negativos limitantes que impiden el éxito en la vida.
    * Grandes y duraderos beneficios en la salud y el estado de ánimo general.
    * Conexión con el concepto de Dios/Energía o el Amor Divino

  5. Los Métodos de la Filosofía en el Islam

    Habría que partir, pues, de dos grandes grupos metodológicos que dominaron buena parte de ese transcurrir histórico: la Filosofía masha’ y la filosofía del ishraq, esto es los escolásticos y los iluministas, ya que la filosofía islámica hasta el momento en que Mulla Sadra hace su aparición en el panorama intelectual islámico, es susceptible de ser dividida en estas dos grandes líneas o escuelas.

    A la cabeza de los iluministas se ha situado a Sohrawardi y al frente de los escolásticos Avicena. Los primeros, convencionalmente considerados como defensores de las tesis platónicas, siendo los segundos aplicadores e implementadores en el pensamiento islámico de algunos de los criterios aristotélicos.

    La diferencia esencial y básica entre ambas líneas de pensamiento radica en que los iluministas no consideran suficiente, para la obtención de verdades filosóficas, el ámbito de lo interlectivo, sino que entienden que las tendencias emotivas y espirituales (suluk qalbi), así como las intuiciones psicológicas (muyahidat nafsi), son valores relevantes en la conformación de las conclusiones filosóficas (burhan); por su parte los escolásticos centran y limitan el ejercicio de pensar, tanto en la lógica como en la filosofía, a las capacidades y habilidades reflexivas e intelectivas del individuo, ignorando cualquier otra referencia por considerarlas distorsionadoras.

    Etimológicamente Ishraq viene a significar irradiación lumínica, lo que es muy ilustrativo de la tendencia metodológica de la escuela; masha’ puede traducirse como lugar de tránsito fluido, camino para discurrir, algo que netamente es pretendido por la escuela en relación con el pensamiento.

    Recordemos que la escuela masha’, de alguna forma, tiene en su origen el pensamiento aristotélico, el peripatetismo con que el filósofo griego ilustraba sus exposiciones, en caminatas a las que sometía a sus discípulos en el transcurso de sus clases, todo un código simbólico de la intención metodológica que aplicaba. Traducido pues a los presupuestos del pensamiento occidental, se ha venido aceptando – intentaremos concretar más adelante esta opinión – que lo que se enfrentan estas dos escuelas es el aristotelismo y el platonismo, aunque al ser observados desde la perspectiva del Islam no se puede afirmar – aunque lamentablemente se ha cometido este grave error entre los orientalistas- que ambas escuelas sean la proyección islamizante o arabizante de la filosofía clásica europea, o griega más concretamente; si no que aprovechando la metodología clásica, que por otra parte es fruto de una polarización esencial en todo pensamiento, la incorporan al acerbo específico del Islam mezclándose lo revelado a más de otras influencias culturales, fruto del devenir histórico de los pueblos islamizados.

    Para deshacer este equivoco histórico, muy generalizado entre los orientalistas que observan el pensamiento islámico como eco del devenir intelectual occidental, hay que, paradójicamente, volver a la dialéctica del debate histórico entre Platón y Aristóteles, a fin de ubicar correctamente la cuestión. ¿Realmente ambos profesor -Platón y Aristóteles- conforman dos líneas, dos escuelas enfrentadas, o mejor diferenciadas hasta el punto de aparecer como contrapuestas? Por otra parte ¿Sohrawardi en su itinerario intelectual siguió la senda platónica siendo discípulo, esto es, continuador y repetidor de las opiniones del autor del Banquete? Téngase en cuenta que los temas de controversia entre iluministas y escolásticos, tales como la fundamentalidad de las quiddidades o de la existencia, la unidad o la diversidad del ser, la continuidad o discontinuidad de los cuerpos en relación con su concreción y forma material, que es lo mismo que decir: la conformación explícita de la realidad, etc., no aparecen en la filosofía clásica griega, al menos no enunciadas como tales.

    En la filosofía de todos los tiempos, las cuestiones esenciales y básicas son comunes en todos lo momentos y contextos culturales, puesto común es el marco de referencia, el mundo en el que debatimos nuestro devenir; pero se hace evidente que algunas de estas cuestiones específicas del pensamiento islámico son originales del propio Islam, por cuanto sistema autónomo.

    Lo que si se puede hacer evidente es que la confrontación entre aquel maestro y su alumno es tan esencial y de base que sirve de símil para otras confrontaciones, especialmente cuando éstas se desenvuelven en el plano de los fundamentos de los sistemas de pensamiento.

    Evidentemente, no se puede negar a los maestros clásicos de transcendencia o eco en el ámbito del pensamiento islámico. Recordemos que Farabi, desde el punto de encuentro de ambas culturas, que fue la Alejandría alto medieval, pudo recopilar y sintetizar los criterios de ambas escuelas en un célebre libro llamado Al Yam‘u baina ra’i ul hakimain (Confluencia de las opiniones de los dos filósofos), en cual proyecta para el Islam el debate griego.

    Por supuesto, ha partir de las síntesis de Farabi se puede establecer una conexión entre el periodo griego clásico y el mundo islámico; pero siempre teniendo presente las cuestiones que ocuparan a los pensadores musulmanes y que se encuentran ausente en las obras platónicas y aristotélicas.

    Por otra parte, no hay ningún elemento de relevancia en la historia de la filosofía, a la cual podamos conferir coherencia, que permita poner en relación a Platón con corrientes de tipo espiritualistas, empeñadas en algún tipo de esfuerzo transcendente. Si algunos pretendiésemos situar a Platón en el contexto y vía de un desarrollo de pensamiento deudor de los referentes «del corazón» no podemos más que traducir más que nuestras simpatías e intuiciones, pero lo cierto es que no hay argumento lo suficientemente consistente como para establecer con solidez esta conexión.

    En lo relativo a la conexión entre Aristóteles y los escolásticos de todos los tiempos, existe el problema de relacionar mecánicamente todas las escolásticas religiosas, en este caso es poner en una ingenua referencia de la escolástica medieval latina a los mutakal-limun islámicos, sea cual fuere su escuela, lo cual no acerca, necesariamente, el grupo masha’ al ascua aristotélica.

    Realmente, es a partir del shaij Al-Ishraq -Sohrawardi- cuando se generaliza el concepto de iluminismo, siendo el mismo el que hace referencia a la tradición clásica griega de tipo esotérico, esto es, a Pitágoras y a un cierto Platón, pero no puede hacernos sostener que hay una concentración de criterios, y una continuidad histórica en el devenir del pensamiento que llevaría a situar a los iluministas del Islam, en torno a Sohrawardi y posteriores a él, tras una tradición platónica, ni tan siquiera platonizante, pues las especificidades y peculiaridades del sistema expuesto en hikmat ul-Ishraq no presentan , en absoluto, un Sohrawardi deudor del filósofo griego; si bien es cierto que esta aseveración habría de ser objeto de mayor extensión lo cual excede el ámbito y la intención de este artículo.

    Así pues, si aplicamos la lógica de la ciencia del hadiz a esta cuestión, aún livianamente y sólo para réplica de la metodología específica de las ciencias islámicas, diremos que no podemos encontrar una cadena de transmisión coherente entre la tradición clásica griega y la filosofía islámica.

    Aunque es evidente que hay un común denominador entre los iluministas y los platónicos, tanto clásicos como medievales. El tratamiento del concepto y sentido del Amor, de la Belleza, o de lo Bueno, inevitablemente han de confluir en unos y otros, porque la elevación del discurso y los conceptos hace intuir en el caso de los griegos la referencia -o al menos el anhelo- a un concepto de la divinidad que sólo podrá ser hallado más tarde al ser concretado por la revelación muhammadiana del tauhid tal como el Islam lo ha expuesto.

    ¿Cómo explicar, pues, la visión platónica del destierro del Espíritu en el Mundo? ¿Cómo entender el anhelo de elevación de aquel, la búsqueda de la perfección?

    Evidentemente es necesario el Islam, la filosofía por los musulmanes desarrollada, que para el ámbito de las ideas culmina y desarrolla estas cuestiones; puesto que la filosofía era deficiente en ese contexto por falta de un objetivo, de un referente preciso y precisado. Lo que para el filósofo islámico es vuelta, para el filósofo clásico es búsqueda sin dirección clara. Siempre queda la cuestión en el aire: Platón ¿conocía el camino y lo insinúa, o solamente lo intuye?

    En las bases de la filosofía platónica se puede evidenciar algo de lo que decimos. Si observamos su tesis sobre las ideas, según la cual y con una burda síntesis podemos resumir diciendo que lo que está en el mundo y aparece como evidente (zhahir), no es más que la proyección, las sombras en términos del griego, de lo que realmente (haqiqatan) existe en otro mundo.

    En la filosofía islámica sobre esta cuestión, que lleva a la referencia los mundos superior, o al mundo intermedio (barzaj) ha sido objeto de considerable atención. Avicena se encuentra en oposición a las opiniones platónicas, aproximándose a estas Sohrawardi, posteriormente Mirdamad se detuvo en ello haciendo una personal y sugestiva reflexión en relación con el cómo y porqué de ese mundo intermedio. Por supuesto Mulla Sadra se ocupa de la tesis. Hay que hacer en esta sucesión de referencias mención especial y aparte a Mir Fenderezki el cual desarrolla la tesis de un sentimiento o sentido espiritual (haua’ ruhaniiah) lo que con posterioridad abordará Qadi Sa‘id Qummi y el propio Mulla Sadra, que apuntará la idea del mundo imaginal, necesario -como sostuvieron los iluministas- para autentificar lo transmitido por los enviados y profetas. Mir Fendereski, como deudor del kalam tradicional, no concede a los filósofos capacidad para tener contacto con ese mundo, los estima sólo capaces de pensar a partir de la información (jabar) que llega al intelecto procedente de los sentidos. Decir que Mir Fendereski era deudor de la tradición clásica griega es muy aleatorio, si se recuerda que él, por cuenta del shah Abbas el Grande, durante el momento de mayor esplendor del período safavida, colaboró en las traducciones que en aquel entonces se hicieron del sánscrito al persa las cuales estuvieron a cargo del príncipe Dara Shakuh*** (ver Darius Shayegan «Les relations de L’Hinduísme et du soufisme d’apres le Majma’ al-Bahrayun» París – ed. de la diference, 1978).

    De igual forma sucede con las tesis sobre el espíritu de Platón, la diferenciación entre éste y el cuerpo, si bien es perfectamente aceptable por parte de los pensadores del Islam, estos no son deudores de él, ya que es un principio que se desarrolla con suficiencia y abundancia en el Corán y los hadices -por ejemplo en el Kafi, recopilado por Al-Kulaini, en el libro del Tauhid, aparece un capítulo explícito dedicado al espíritu; de igual forma son transmitidos numerosos ejemplos por parte del shaij Saduq*** (sobre esto se puede ver, a más del texto el Comentario del Tauhid de Saduq de Qadi Sa‘id Qummi, dos volúmenes editados por el ministerio de Orientación y cultura islámica en 1415 H L. Teherán. Ver especialmente el comentario a Corán 32: 5)-.

    El tercer punto de confluencia entre Platón y el pensamiento islámico es el relativo al conocimiento (‘Ilm). Sólo es necesario ver a donde llega la filosofía occidental, y donde se ubica la filosofía islámica, muy especialmente tras Mulla Sadra, para evidenciar que entre ámbito, y hay un objeto de estudio común, las fórmulas y respuestas son muy diferentes: observemos Hegel y hagámoslo con el Manzhumah de Sabzawari ¿Será deudor el Islam de Platón y no lo serán los idealistas alemanes? ¿Dónde están éstos y donde el pensamiento islámico actual?

    Si se observan las diferencias entre el sistema platónico y el aristotélico, se puede percibir, en un doble contraste, la distancia que hay entre ambos y los pensadores islámicos así como cuales son los puntos de encuentro.

    Sabio es que ambos sistemas -platónico/aristotélico – en algunas cuestiones, especialmente en las esenciales son divergentes: en la cuestión -ampliamente desarrollada y posteriormente complicada por la teología medieval cristiana- de los universales, las posiciones son opuestas, y llevan, en ele caso del debate sobre la relación espíritu – cuerpo, a posicionamientos muy divergentes; Platón se muestra partidario de aceptar, que previo al mundo material hay un mundo «de las ideas» previo al mundo material, origen d las esencias puras (los muyarradat de la filosofía islámica), no concediendo a lo corporal la relevancia que Aristóteles le confiere, este sostiene que la relación cuerpo/espíritu es indisoluble por cuanto no podemos evaluar otra cosa ya que los elementos de constatación son de tipo material (género, grado, volumen, cuerpo material, materia prima, etc.).

    Este debate se prolonga durante el periodo helenístico cuando toma contacto con el Islam, no siendo que éste lo incorpora a su acervo. La conexión entre ambos ámbitos es eficaz por cuanto ese debate ya existe en le Islam, a partir de la controversia de opiniones sobre la forma de entender la realidad concreta y perfectible y el mundo «espiritual» que el Corán incorpora a los pueblos que lo reciben – concretamente los árabes del Hiyas y de Mesopotamia-. Recordemos que a Plotino se reconoce en el pensamiento aristotélico medieval del Islam como el shaij griego. Se puede decir a partir de las incorporaciones de elementos «orientales» que el neoplatonismo lleva a la filosofía occidental que el contacto no es condicionador en n sólo sentido.

    Respecto al pensamiento en el Islam, sí es evidente una polarización en, y en torno a ese primer período – correspondiente a la edad media europea – a partir de las escuelas iluministas y escolásticas. Lo cual en alguna medida se ha venido perpetuando hasta nuestros días; aunque hayan existido, y posiblemente habrán de existir, tendencias y líneas alternativas a esas dos grandes corrientes, que, con posterioridad (en el último siglo y medio, especialmente) se ha dado en polarizar en torno a un método espiritualista (‘Irfani) y un método escolástico (kalami).

    En las actualidad, y a partir del trabajo intelectual que se ha venido desarrollando en las hausas, se puede decir que hay lugar para definir, a partir de esa bipolaridad inicial, cuatro líneas de abordaje del trabajo intelectual, sino cuatro métodos bien diferenciados, lo cual implicaría criterios más complejos de delimitación de los autores y las obras; ya que en el Islam, por ser éste común a todos los pensadores del ámbito, es difícil aplicar parámetros que sólo son viables para la historia de la filosofía occidental, en la cual el común denominador entre escuelas o líneas argumentales es muy desdibujado y a veces sumamente genérico.

    Así pues podemos esbozar cuatro grupos de trabajo o métodos:

    1- el método filosófico usado por los «metafísicos» (masha’e) sería el grupo donde englobara al-Kindi, Farabi, Avicena, Nasir ad-Din Tusi, Averroes y Avempace – de entre los andaluces- así como a Mirdamad, de forma más tardía.

    La cabeza presidente de este grupo a de ser, inevitablemente, Avicena, especialmente a partir de su Shifa, por cuanto establece el criterio metodológico de argumentar a partir de «razonamientos» (burhan) intelectivos, no dando lugar a la especulación sino sobre el apoyo de éstos.

    2- el método filosófico iluminista, que en el desarrollo histórico de la filosofía islámica a dispuesto de menor representación, habida cuenta del destino trágico de su originador y del carácter marginal y de grupo perseguido que sus adeptos han tenido a lo largo de todos los tiempos.

    El shaij al Ishraq, Sohrawardi, es el máximo exponente del grupo, especialmente a partir de su obra hikmat al-Ishraq, la cual es exponente completo de los criterios metodológicos del grupo.

    Habrá quien opine que este grupo no tiene entidad por ser básicamente conformado por Sohrawardi, siendo el resto de los autores epígonos suyos, lo cual es del todo falso; aunque también es cierto que es una metodología presente a lo largo y ancho de la historia del pensamiento islámico, por cuanto establece una diferencia substancial respecto a las tesis avicenianas, tal cual es que al argumento intelectivo no se le concede la totalidad de la solvencia en la ubicación del debate filosófico el cual siempre está, y queda necesitado de aspectos «especulativos» o «emotivos», o en palabras de hoy «sicológicos» que para el Shaij al Ishraq proviene de la experiencia mística. Se ha dicho que él no argumentaba sino que narraba lo visto y experimentado en alma propia.

    3- el método que podemos denominar «actitudes espiritualistas» (suluk ‘irfani), que si bien es susceptible de ser incluido en estudio sobre las tendencias del pensamiento n atiende a los parámetros convencionales de las ciencias intelectivas, pues esencialmente basan sus técnicas de trabajo, sus mecanismos de reflexión en un código que no guarda ninguna dependencia con l argumentación intelectiva-lógica convencional.

    El objetivo del método no es tanto el «simple» descubrimiento de la realidad, como llegar a esta realidad misma e imbuirse de ella.

    Destaquemos algunos delos más notables representantes de la tendencia a lo largo de su discurrir: Yasib Bustani, Hal-lay, Yanid Bagdadi, Abdelah Ansari, Abu Talib Makki, Muhiuddin Ibn Arabi, Ibn Fard Misri, Mulai Rumi, entre una ingente lista de personalidades todas ellas singulares y relevantes.

    Esta línea metodológica tiene en común denominador con los iluministas la procura de la construcción y conformación elevada del seguidor de la escuela, en suma la producción de un individuo capaz de llegar al contacto con la «realidad» buscada. Sin embargo, los místicos obvian por completo cualquier tipo de argumentación en su método frente al resto de los pensadores filosóficos – incluidos los iluministas – que no ignoran la necesidad de, en el ejercicio de reflexión filosófica, llegar a resultados coherentes. Por otra parte, la pretensión de los místicos de imbuirse, llegados a la Realidad, en Ella, lo sitúa en una posición netamente diferenciada respecto al resto de las escuelas del pensamiento, que si bien tienen esa realidad por objeto no le es el objetivo (no al menos en tanto en cuanto escuela).

    4- el último grupo o método filosófico a considerar es el Kalam. La escolástica del Islam.

    Su premisa de trabajo, como en el caso de los metafísicos, es que existe una perfecta viabilidad de la reflexión intelectiva los objetivos destacados, pero entre ambas metodologías hay diferencias esenciales:

    A- los escolásticos asientan su debate obre la premisa previa de una dialéctica «bondad-maldad», «premio-castigo», relación que para los mu’tazilitas tiene una base intelectual y para los ash’aritas es de cimentación legal (shar’i).

    Sin embargo este posicionamiento para los filósofos metafísicos no es más que una contra posición de conceptos, de entre los muchos a utilizar, que sólo tiene utilidad para el debate de discusión dialéctica (yadal) nunca en la conformación de la conclusión argumental lógica (burhan) .

    B- la segunda diferencia de base entre los escolásticos y los metafísicos, reside en el debate sobre la libertad o condicionamiento entendiéndose esto último como la obligación a la que el individuo está sometido. En relación con esta cuestión los mutakal-limun se posicionan en tres grupos de opinión – mu’tazilitas, ash’aritas, shias -. Los primeros desarrollan su actividad entre el segundo siglo de la hégira y los inicios del sexto, destacando en la escuela Abu Hadil Ulaf, Nazan, y Qadi Abdul Yabbar. Los ash’aritas surgen en 330 de la Hégira en torno al shaij Abul Hasan al-Ash’ari, destacando en la escuela qadi Abu Bakr Bukalani, Al-Gazali y Razi. Destacando entre los shia` Hisham ibn Al-Hakam que fue coetáneo y compañero del sexto Imam Ya’far As-Sadiq, shaij Al-Mufid, shaij Al-Murtada, siendo la cumbre de esta tendencia Nasir ud-Din At-Tusi (***obsérvese que Tusi fue citado entre los filósofos metafísicos. Su relevancia como profesor y pensador lo situó por encima de todas las tendencias y ciencias de su tiempo) destacando su libro Tayrid al I‘tiqad.

    Estas cuatro tendencias metodológicas, a las cuales por lo mencionado al inicio de esta página no llamaremos escuelas, subsisten a lo largo de toda la filosofía del Islam, y aún en la actualidad son objeto de estudio y en alguna medida de aplicación; pero sustancialmente se ven superadas, en tanto en cuanto método de trabajo, por el surgimiento en el panorama de pensamiento islámico de lo que diera en llamar hikmah muta`aliah, que de la mano de Sadr Al-Muta`al-lihin Ash-Shirazi ve la luz a mediados del siglo XI de la Hégira – recordemos que Mollá Sadra muere en el 1050 H.l. –

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  6. ¿QUÉ SON LOS MOLDES MENTALES?

    Los Moldes Mentales son estrategias habituales y peculiares que cada persona muestra en el modo de enfocar, de reaccionar o de interpretar la realidad en situaciones de egoimplicación, es decir, donde las personas se enfrentan a una realidad que les compromete en sus intereses y emociones (a diferencia de los estilos cognitivos). Ejemplo de ello son las estrategias de anticipación, evaluación y atribución, o las que se utilizan como inyectoras o sustractoras de emociones.

    Los moldes son constructos cognitivos ,es decir, modos de construir la realidad, pero tanto desde la perspectiva de lo que dicen, es decir, de sus contenidos, como desde la perspectiva de cómo lo dicen, es decir, de su formato de pensamiento, siendo, para nosotros, esto último más importante.

    La ventaja del molde o formato es que puede ser aplicado a contenidos variados. Por lo que conocer y manejar un molde supone una gran economía de esfuerzo ya que se va a aplicar a distintos temas y situaciones.

    Desconexión de la realidad
    Disociación emocional
    Oblicuidad cognitiva
    Autoconvicción inhibitoria
    Anticipación devaluativa

    MOLDES MENTALES
    Moldes Cognitivos- Afectivos
    ENCUADRES FOCALES

    Factores de tercer orden
    ENCUADRE IMPLICATIVO-VITAL
    Disposición directa-implicativa vs. Reflexiva-distante
    ENCUADRE DE AJUSTE
    Realismo productivo vs. Hipersubjetivismo interferente
    ENCUADRE OPTIMIZADOR
    Disposición constructiva-autovalorativa vs. Inerte-autolimitada
    DIMENSIONES FOCALES

    Factores de segundo orden
    Distanciamiento vital
    Es la perspectiva mental de centrarse y valorar los aspectos positivos de la realidad, en lo que se tiene, en lo que se ha conseguido, en las ventajas y en lo que es realista y posible, a diferencia de centrarse en lo negativo, en los inconvenientes, en pegas y minucias, en lo que falta, en lo que no se tiene, a pesar de que existan muchas cosa positivas.
    Distorsión de la realidad
    Es la perspectiva mental de afrontar los problemas y las dificultades, así como las emociones que suscita la realidad. Lo contrario sería desviar la atención, olvidar o provocar fantasías opuestas ante los problemas, así como, desconectar sus sentimientos.
    Desconexión de la realidad
    Es la perspectiva mental con la que se tiende a encajar y tolerar los fracasos y frustraciones, procurando no desplazar o desviar la insatisfacción hacia otros aspectos o realidades y esforzándose en encontrar alternativas de solución.
    Incompatibilidad cognitiva
    Es la perspectiva mental que tiende a afrontar las tareas y solucionar los problemas de manera eficaz, no dispersándose, ni haciendo planteamientos irreales, ni cargándose de argumentos evitativos, sino planificando, siendo preciso, controlando el tiempo y los pasos a dar, así como, corrigiendo los posibles errores y consolidando los avances.
    Inoperancia
    Es la perspectiva mental por la que se evita atribuir los éxitos y fracasos a realidades externas respecto a la propia responsabilidad, tal como los otros, la magia, los enemigos o el propio temperamento.
    Atribución Externa
    Es la perspectiva mental por la que se tiende a atribuir los éxitos y fracasos a la propia responsabilidad, especialmente, considerando las estrategias o procedimientos, el trabajo y el esfuerzo empleado y, en definitiva, remarcando el papel decisivo que tiene uno mismo en la consecución y resultados del propio quehacer.
    Optimización Autocrítica
    Es la perspectiva mental a través de la que se prepara y se autogestiona, respecto a sí mismo, los distintos componentes psicológicos que puedan potenciar buenos resultados y evitar interferencias. En concreto, se autofomenta la fuerza de voluntad, se prevé las condiciones y el escenario de actuación, se autoadministra ánimos y refuerzos, se preparan y encauzan las emociones, al tiempo que se enfoca la acción de una manera optimista y constructiva.
    Optimización Preparatoria
    Es la perspectiva mental por la que se potencia el propio poder personal, tanto anticipando posibles éxitos, como atribuyendo los éxitos a la propia responsabilidad, como a la capacidad de automotivarse y de transformar sus propios pensamientos y sentimientos de forma constructiva y fructífera, frente a una disposición indiferente desmotivada o autolimitadora.
    Optimización Auto-potenciadora
    Es la perspectiva mental por la que se tiende a implicarse y a pasar a la acción sin exagerar la función reflexiva, que puede llegar a ser inoperante e interferente.

    MOLDES
    Factores de primer orden
    Autoconvicción volitiva
    Es el molde o estrategia consistente en poner en marcha la llamada “fuerza de voluntad”, dándose a sí mismo argumentos, razones y ánimos para implicarse en las situaciones, esforzándose o mostrar firme decisión, a pesar de la inapetencia o dificultades que uno prevé.
    Autoconvicción inhibitoria
    Es el molde consistente en exagerar la inapetencia y el distanciamiento con la realidad, dándose a sí mismo argumentos y razones para inhibirse y no actuar, viéndose incapaz, desmoralizándose, devaluando sus capacidades, agrisando los posibles resultados o planteando hipotéticas e irreales condiciones.
    Automotivación proactiva
    Es el molde o estrategia administradora de autorrefuerzos, consistente en darse a sí mismo ánimos, antes o durante los procesos en que está implicado, pensando en los logros futuros, en las ventajas, en los distintos aspectos positivos con los que se va a encontrar o en la posibilidad de ir disminuyendo las dificultades; en definitiva, administrándose autorrecompensas anticipadas.
    Anticipación de esfuerzo y costo
    Es el molde consistente en “cargarse negativamente” en función del costo personal, imaginando los esfuerzos, los sacrificios, las dificultades, la monotonía, el tiempo y el camino por recorrer el cometido propuesto, surgiéndole dudas, vacilaciones, desánimo…
    Disociación emocional
    Es el molde o estrategia consistente en desvitalizarse, en desconectar los sentimientos, en no implicarse, en ver las cosas de manera fría y distante sin apasionamiento, aunque no se goce, evitando sufrir… Para ello, se resta interés y se agrisa el posible resultado.
    Autovaloración
    Es el molde o estrategia consistente en cargarse de fe en sí mismo, en las propias capacidades, en sus posibilidades de éxito ante cualquier situación, incluso comparándose con los demás, así como sintiéndose capaz de rentabilizar los problemas e inconvenientes con que se encuentre.
    Anticipación constructiva previsoraSe reflexiona y se analizan cautelosamente las condiciones, las ventajas e inconvenientes de cada situación, pero con el talante deportivo de enfrentarse a ella y de encontrar soluciones de manera confiada y operativa
    Transformación rentabilizadora Es el molde o estrategia de rentabilización vital, traducido por “bien, a pesar de lo malo”, con la que las personas transforman los posibles problemas, desgracias desengaños, reveses, infortunios, fracasos o fallos en un valor, encontrándole un posible sentido, con una especial tendencia a focalizarse tanto en lo positivo existente como en lo positivo posible.
    Control emocional anticipatorio
    Es el molde o estrategia de previsión aplicado a las emociones y a su modo de encauzarlas adecuadamente, para lo cual, imagina sus posibles reacciones emocionales, humor o estado de ánimo ante determinadas situaciones y cómo darle una salida positiva, basándose en su autoconfianza y optimismo.
    Anticipación hipervalorativa del éxito
    Es el molde o estrategia consistente en autoestimularse para actuar, basándose en el éxito y magnificación de los resultados posibles, imaginando, para ello, el triunfo, exagerando sus ventajas y consecuencia.
    Inflación-decepción
    Es el molde o estrategia consistente en balancearse entre la ilusión y el desengaño. Se sobredimensiona la meta, proyecto o lo que se pretende obtener, más bien como planteamiento desmedido, ingenuo, no realista, mágico, fantasioso, egocéntrico, que espera que llegue de forma casi supersticiosa, sin sacrificio o esfuerzo, de modo inoperante. Por lo que, posteriormente, se vive la decepción y el desencanto
    Anticipación devaluativa
    Es el molde o estrategia consistente en devaluar o agrisar lo que se quiere obtener, procurando no mantener esperanzas, ni entusiasmos que posteriormente pueda dar lugar a desencanto, por lo que también se usa, como un escudo protector de futuro dolor, el imaginar las consecuencias perjudiciales o negativas que pueden llegar.
    Anticipación aversiva e hipercrítica
    Es el molde o estrategia consistente en anticipar e imaginar peligros, problemas, fracasos… Se exagera lo que le pueda ocurrir. Se tiende a ver el lado negativo, los fallos, lo que puede ser perjudicial aunque las situaciones puedan ser positivas y atractivas. Todo ello puede asociarse con una actitud hiperanalítica, hipercrítica, suspicaz…
    Predisposición hostiligénica
    Es el molde consistente en anticipar dificultades, problemas o conflictos relacionados con las personas, especialmente, con la idea de que ellas actúan con mala intención atribuyéndoles los males que le ocurren y descubriendo engaño y falsedad en sus actuaciones y en la realidad general.
    Precisión y supervisión
    Es el molde o estrategia relacionado con un aspecto de los metacomponentes de la inteligencia de Sternberg consistente en garantizar eficacia, siendo preciso, supervisando y consolidando lo que se lleva a cabo, sin dejar nada “en el aire”, dando muestras de firmeza y persistencia. Lo contrario es dar las cosas por supuestas o dominadas, no calcular el tiempo, dudar, vacilar, empezar con algo y dejar lo que se ha empezado…
    Afrontamiento borroso
    Es el molde o estrategia consistente en hacer planteamientos difusos, no realistas o poco operativos con lo que se pretende conseguir. De esa forma, se pospone lo que se tiene que hacer, se calcula ingenuamente el tiempo disponible, se amontonan los trabajos y obligaciones, se le asaltan múltiples ideas, proyectos y dudas, se empieza con entusiasmo y pronto se abandona, incrementándose así el desorden y la decepción interior.
    Hipercontrol anticipatorio
    Es el molde o estrategia consistente en pretender controlar las situaciones y estar seguro en ellas, exagerando previamente, incluso con mucha antelación, la función reflexiva, sin planteamientos operativos, expresando inquietud, preocupación, preguntas, dudas y reiteración de imágenes e ideas, predominando más la dimensión “reflexiva-dubitativa-alarmante” que la dimensión “decisoria-directa–serena”.
    Implicación directa
    Es el molde o estrategia consistente en reducir la reflexión o el análisis, actuando directamente, decidiéndose, implicándose, con los brazos abiertos ante la realidad y al primer impulso, aunque también con el riesgo de las consecuencias de toda impulsividad.
    Encaje y encauce emocional
    Es el molde o estrategia consistente en acoger las emociones desagradables de toda frustración, no descargando el malestar en otras personas o situaciones, ni desconectando, ni huyendo, ni encerrándose en sí mismo, sino más bien, buscando posibles salidas que puedan resultar útiles y encaucen las emociones producidas.
    Oblicuidad cognitiva
    Es el molde o estrategia consistente en desviar al atención de la conciencia, en olvidar o provocar reacciones o fantasías opuestas, al encontrarse ante los propios fallos o ante algo que le afecta negativamente.
    Imantación por lo imposible
    Es el molde o estrategia consistente en no renunciar y quedar apegado a deseos inviables, imposibles, nocivos o generadores de problemas y conflictos, para ello, se mantienen hipótesis engañosas de posibilidad, que, aunque se esté en lo cierto que las probabilidades son casi nulas, se abren como una pequeña rendija de esperanza, por lo que queda asociado con anticipaciones hipervalorativas y mágicas, con reiteraciones de hipercontrol y con el consecuente desencanto.
    Evaluación selectiva negativa
    Es el molde o estrategia consistente, al evaluar lo que ocurre o lo alcanzado, en focalizar la atención, justo, en lo negativo, en los inconvenientes, en las pegas, con la expresión simbólica de“si, pero”, encontrado siempre reparos y minucias, a pesar de que existan muchas cosas valiosas o positivas.
    Focalización en las carencias
    Es el molde o estrategia consistente, al evaluar lo que ocurre o lo alcanzado, en pensar más en lo que falta, en lo que no se tiene, en lo que se podría tener, en hacer comparaciones con otros, que en lo que realmente se posee, quedando asociado con la imantación por lo imposible, con la focalización selectiva negativa, con la dubitación y con el desencanto.
    Atribución internalista del éxito
    Es el molde o estrategia consistente en atribuir los éxitos a sí mismo, a las propias cualidades o forma de ser, por lo que predomina un talante autovalorativo y optimista.
    Atribución a las estrategias
    Es el molde o estrategia consistente en atribuir los éxitos y, especialmente, los fracasos a sus estrategias o procedimientos utilizados, estando asociada esta disposición con la búsqueda de soluciones y con la valoración del propio esfuerz
    Atribución al temperamento o emotividad
    Es el molde o estrategia consistente en atribuir los éxitos y los fracasos a su humor, temperamento o estado de ánimo, por lo que queda muy asociado con una disposición “impotente” de desmoralización y desencanto.
    Atribución a la falta de esfuerzo
    Es el molde o estrategia consistente en atribuir los fracasos a su falta de esfuerzo o dedicación, quedando asociado con disposición a planificar mal las tareas y especialmente el tiempo.
    Justificación de los fallos
    Es el molde o estrategia consistente en justificar los fracasos con razones y argumentos diversos, o bien desplazar los sentimientos en otras situaciones.
    Atribución social del éxito
    Es el molde o estrategia consistente en atribuir los éxitos a los demás, a otros que le benefician o le ayudan, pero también, el fracaso, aunque, en menor medida, se atribuye a los demás, dando muestras de gran dependencia social.
    Atribución mágica
    Es el molde o estrategia consistente en atribuir los éxitos o fracasos a fuerzas desconocidas, tal como destino, azar, suerte…

  7. LA CREATIVIDAD SEGUN JUNG

    Las ideas son el principio motivador que subyace en todas las formas creadas. Cada forma es un símbolo y cada símbolo es, por lo tanto, la expresión externa y visible de una realidad interna y espiritual.

    Las citas que vienen a continuación son extraídas de un libro del Dr. C. G. Jung. El Hombre Moderno en busca de su Alma.

    Nada influye tanto en nuestra conducta como las ideas intelectuales. Pero cuando una idea es la expresión de una experiencia psíquica, que ha dado sus frutos en regiones del globo separadas y sin relación histórica, como Oriente y Occidente, entonces debemos profundizar el asunto. Tales ideas representan fuerzas que están más allá de la justificación lógica y de la sanción moral, siendo siempre más fuertes que el hombre y su cerebro. El hombre cree que él moldea esas ideas, pero, en realidad, son ellas las que lo moldean y lo hacen su intérprete inconsciente.

    En el proceso creador, en consecuencia, debemos reconocer dos aspectos del trabajo: aquello que produce en el hombre un despertar creador mediante el impacto sobre su consciencia de ideas que emanan de alguna fuente superior, y las ideas menores, visiones y conceptos que capta él mismo y a las que da forma. Las formas que crea pueden estar revestidas de belleza, utilidad práctica, color, palabras, sonidos musicales; pero, detrás de la forma se halla la idea percibida inconscientemente a la cual el creador trata de dar expresión. Por lo tanto, el creador es responsable de la forma y no de la idea en sí. Jung hace notar que:

    Es muy cierto que las ideas ampliamente aceptadas nunca son de propiedad personal de su pseudoautor, por el contrario, él es sólo el servidor de sus ideas, Las grandes ideas aclamadas como verdades contienen algo peculiar en sí mismas. Aunque vienen a la existencia en un momento determinado, son y han sido, eternas; surgen de esa región de la vida creadora y psíquica donde la mente efímera del ser humano se desarrolla como una planta que florece, da semilla y fruto y luego se marchita y muere. Las ideas emergen de una fuente que no está contenida en la vida personal de un hombre. Nosotros no las creamos, ellas nos crean a nosotros. Al expresar las ideas, inevitablemente confesamos, no sólo lo mejor que hay en nosotros, sino también nuestras deficiencias y errores. Esto sucede especialmente en el caso de las ideas acerca de la Psicología. De dónde pueden provenir las ideas, que no sea del aspecto más subjetivo de la vida? Puede la experiencia en el mundo objetivo salvarnos de los prejuicios subjetivos? No es cada experiencia, aún en el mejor de los casos, en gran medida una interpretación subjetiva? Por otro lado, el sujeto es también un hecho objetivo, un pedazo del mundo. Lo que de él surge proviene del suelo universal, así como hasta el más extraño organismo es nutrido por la tierra que compartimos en común. Precisamente son las ideas más subjetivas las que están más cerca de la naturaleza y del ser viviente y las que merecen ser llamadas verdaderas. Pero, cuál es la verdad?

    Es evidente que cuando el hombre trata de vivir en contacto con su alma y en estrecha relación con el aspecto creador de su propio ser, tiene que aprender a penetrar en esa región subjetiva de donde emanan las ideas verdaderas y reconocerlas antes de poder darles forma. Mucho de lo que se produce hoy, en los diversos campos del esfuerzo creador, no encierra una idea verdadera; la forma no encarna algo raro, original o real, y la razón de ello no hay que buscarla muy lejos. El hombre que crea estas frívolas expresiones del arte, no está en contacto con el mundo de las ideas. En realidad nada expresa, excepto la vaga ambición de hacer algo que llame la atención para satisfacer un anhelo innato de ser reconocido o una necesidad interna de expresar algo, un algo tan nebuloso e indefinido que el impulso no es adecuado para construir la forma. Primero debe dominar el secreto del contacto, luego penetrar y resolver el misterio del mundo de valores y significados. El hombre debe ser un creador, porque ha forzado su entrada al reino subjetivo de pensamiento y visión, que encierra en sí el espíritu creador. Jung dice:

    La facultad creadora, igual que el libre albedrío, contiene un secreto. El psicólogo puede describir el proceso de estas dos manifestaciones, pero no puede hallar solución a los problemas filosóficos que ofrecen. El hombre creador es un enigma que podríamos dilucidar de varias maneras, aunque siempre sería en vano. Esto es una verdad que no ha evitado que la psicología moderna se ocupe del artista y de su
    arte.

    Freud creyó que había encontrado la clave en su método de relacionar la obra de arte con las experiencias personales del artista. Respecto a esto es verdad que hay ciertas posibilidades, pues es concebible que una obra de arte, como una neurosis, podría achacarse a esos nudos de la vida psíquica denominados complejos. El gran descubrimiento de Freud fue establecer que la neurosis tiene origen causal en la zona psíquica y que surge de estados emocionales y experiencias de la infancia, reales o imaginarias. Es innegable que la disposición psíquica del poeta compenetra la raíz y los derivados de su obra. Nada hay de nuevo en la aseveración de que los factores personales influyen en gran parte en la elección del poema y en el empleo de los materiales. Sin embargo, debe reconocérsele a la escuela freudiana el mérito de demostrar el gran alcance de esta influencia y la forma curiosa en la que se expresa.

    Toda persona creadora es una dualidad o una síntesis de actitudes contradictorias. Por un lado es un ser humano con una vida personal, mientras que por el otro es un proceso creador impersonal. Así como un ser humano puede ser sensato o morboso, así debemos observar su constitución psíquica para determinar su personalidad. Pero sólo podemos comprenderlo en su capacidad de artista observando su realización creadora. Cometeríamos un grave error si tratáramos de explicar la forma de vivir de un aristócrata inglés, un oficial prusiano o un clérigo, en términos de factores personales. Ellos actúan como tales en forma impersonal (roles) y su constitución psíquica está cualificada por una objetividad peculiar. El artista se asemeja en algo a los tipos mencionados porque la disposición específicamente artística encierra un exceso de vida psíquica colectiva en oposición a la personal. El arte es una especie de impulso innato que se apodera de un ser humano y lo hace su instrumento. El artista no es una persona dotada de libre albedrío que busca sus propios fines, sino que permite al arte realizar sus propios fines por su intermedio. Como ser humano podrá tener caprichos, voluntades y objetivos personales, pero como artista es un hombre en el sentido más elevado, un hombre colectivo, aquel que lleva y moldea la vida psíquica inconsciente del género humano. Para realizar este difícil destino es necesario sacrificar a veces la propia felicidad y todo aquello que hace a la vida digna de ser vivida para el ser humano común.

    Siendo así, no es extraño que el artista sea un caso especialmente interesante para el psicólogo que emplea un método analítico. La vida de un artista sólo puede ser una vida de conflictos, porque en su interior hay dos fuerzas en pugna, por un lado el anhelo natural de felicidad, de satisfacción y seguridad en la vida, por el otro una pasión avasalladora de crear, que puede ir muy lejos, hasta sobrepasar todo deseo personal. La vida del artista, por regla general, es altamente insatisfactoria – por no decir trágica -en el aspecto humano. Difícilmente hay excepciones a la regla de que una persona debe pagar caro el don divino del fuego creador.

    La imagen arquetípica del sabio, del salvador o redentor, está enterrada y dormida en la inconsciencia del hombre desde los albores de la cultura; se despierta en las épocas tumultuosas. Estas imágenes primordiales son muy numerosas, pero no aparecen en los sueños o en las obras de arte hasta que vienen a la existencia por la perspectiva general descarriada. Cuando alguien se desvía, siente la necesidad de un guía o instructor, e incluso un médico. Cuando la vida consciente se caracteriza por la unilateralidad y una actitud falsa, entonces entran en actividad estas imágenes, podría decirse que instintivamente, y surgen a la luz en los sueños y visiones de artistas y videntes, restaurando así el equilibrio psíquico de la época.

    En esta forma el trabajo del poeta viene a llenar la necesidad espiritual de la sociedad en que vive, y por esta razón su trabajo significa algo más que su destino personal, se dé cuenta o no de ello. Siendo esencialmente el instrumento para su trabajo, está subordinado a él y no podemos esperar que lo interprete para nosotros. Ha tratado de darle forma lo mejor posible y debe dejar que los demás y el futuro lo interpreten. Una buena obra de arte es como un sueño: a pesar de su aparente realidad, no se explica por sí misma y siempre es verídica. Un sueño nunca dice: usted debe creerlo o esta es la verdad. Presenta una imagen en la misma forma que la naturaleza deja crecer una planta, debiendo llegar nosotros a nuestras propias conclusiones. Si una persona sufre una pesadilla puede significar o que es muy miedosa o que está exenta de temor; si sueña con un anciano sabio, puede significar que es demasiado pedagoga o que necesita un instructor. En forma sutil ambos significados llegan a lo mismo. En el caso de una obra de arte, debemos dejar que ella actúe sobre nosotros así como actuó sobre el artista. Para comprender su significado debemos permitir que nos moldee como lo moldeó a él, entonces comprenderemos la naturaleza de su experiencia. Vemos que la ha extraído de las fuerzas curadoras y redentoras de la psiquis colectiva que subyace en la consciencia humana con su aislamiento y errores penosos; que ha penetrado en esa matriz de vida en la que todos los hombres están incrustados, la que imparte un ritmo común a toda la existencia humana y permite al individuo comunicar sus sentimientos y luchas a toda la humanidad.

    El secreto de la creación artística y de la efectividad del arte reside en el retorno al estado de participación mística, ese nivel de experiencia que vive el hombre y no el individuo, y donde la felicidad y el dolor de un solo ser humano no cuenta, sino la existencia humana. He aquí por qué toda gran obra de arte
    es objetiva e impersonal y, sin embargo, nos conmueve profundamente, y también por qué la vida personal del artista no puede considerarse esencial para su arte, sino a lo sumo una ayuda o un obstáculo a su tarea creadora. Podrá seguir el camino de un filisteo, de un buen ciudadano, un neurótico, un ingenuo o un criminal. Su vida personal puede ser inevitable o interesante, pero no explica al artista.

    Estos pensamientos de Jung son materia para reflexionar, considerando que los candidatos a discípulos deben captar el hecho de que el objetivo de la meditación y su dedicación al servicio activo es la creatividad. El discípulo debe imponerse la tarea de demostrar la efectividad de su contacto con el Ser en una obra creadora de cualquier índole. Puede ser creación de una obra de arte (pintura, escultura, etc.), literatura, o alguna realización en el campo de la música o la ciencia. Puede ser el impulso creador demostrado al participar en el trabajo de los servidores del mundo – despertar las almas dormidas a la Enseñanza de la Sabiduría Eterna – o el cuidado del hogar y la educación de los hijos. Tiene que haber un resultado tangible, alguna expresión del tercer aspecto de la Divinidad, .Alice A.Bailey

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