Recuerda que estas viajando desde el mundo de la creación hacia el mundo del Creador. Se relata que el Profeta (la paz sea con él) dijo, «Yo voy hacia mi Señor, desde un estado a un estado mejor, y desde una estación a una superior.» Se dice que el seguidor debe viajar desde el deseo por lo prohibido, hacia el deseo por la Presencia Divina.
La Orden Sufí Naqshbandi divide ese viaje en dos categorías. La primera es el viaje externo y la segunda es el viaje interior. El externo es el viaje desde una tierra a otra, buscando por un guía perfecto que los lleve y dirija hacia su destino. Esto le permite moverse hacia la segunda categoría, el viaje interno. Los seguidores, una vez que han encontrado un guía perfecto, les esta prohibido ir hacia otro viaje externo. En el viaje exterior hay muchas dificultades que los principiantes no pueden soportar sin caer en acciones prohibidas, porque ellos son débiles en sus devociones.
La segunda categoría, el viaje interno, requiere que el seguidor deje sus modales vulgares, y los cambie por modales dignos de alabanza, y que saque de su corazón todos los deseos mundanos. Él será elevado desde un estado de impureza hacia un estado de pureza. En ese momento ya no estará en necesidad de más viaje interno. Habrá limpiado su corazón, haciéndolo puro como agua, transparente como cristal, pulido como un espejo, mostrando las realidades de todos los temas esenciales para su vida diaria, sin ninguna necesidad de acción externa de su parte. En su corazón aparecerá todo lo que es necesario para su vida y para aquellos alrededor de él.