El Diker es una meditación sufí del corazón. A veces se translitera de otras maneras: ziker, zkir, zekr, dicra, dikra, zikra zikr, pero todas significan lo mismo.
La meditación sufí colectiva, o Ziker, es un ritual sagrado en el que a través de la recitación de mantras e invocaciones intentamos conectar con la esencia última que habita dentro de nosotros mismos.
Hay un dicho en nuestra tradición que reza “El que se conoce a sí mismo conoce a su Señor”. Ese Señor no está contenido “en los cielos ni en la tierra” sino en nuestro Corazón. La palabra Zikr significa a la vez “recuerdo” y “recitación“, porque a través de esa recitación podemos llegar a recordar quiénes somos, y volver a conectar con nuestro origen sagrado.
El Diker es una técnica sufí tradicional para “pulir el espejo del corazón”, es decir, ir quitando los velos que nos separan de la Única-Realidad para poder reflejarla.
El Diker puede realizarse de mucha maneras. Los viernes por la noche nos reunimos en Madrid para realizarlo en grupo, a través de la fuerza del círculo, tal y como nuestro maestro, Mawlana Sheij Nazim (QAS) [tariqa o escuela Naqshbandi Haqqani], nos ha ordenado y enseñado. Además de los de Madrid hay muchos otros “círculos sagrados” en toda nuestra geografía. Poco a poco iremos hablando de ellos. O puedes conectar con nosotros para que te indiquemos quién hace Diker más cerca de ti.
Cualquier persona puede venir a realizar el Diker y beneficiarse de la baraka o bendición que el Diker reparte a todo el que participe en él; aunque sólo sea sentándose junto a los que recitan las sagradas invocaciones y los «más bellos nombres».
A la vez el Diker es una potente técnica de sanación psicoespiritual.
Creemos que una práctica espiritual tiene que ser para todos, por lo que nuestro zekr es completamente libre, abierto y gratuito.
Si quieres más información puedes contactar conmigo en elcaminosufi@gmail.com
Más información diker Naqshbandi de los Viernes en Madrid
Hola Hermano, como tu estas ????? saludos a ti e tambien e a todos los Hermanos de Madrid …………… mi corazon es presente a lo Dhikr con vosotros.
Escusame por el mio no bueno espagnol 🙂
Un abrazo e mucho salaams a todos.
Muchas gracias a ti, Salahuddin. Tu visita a España nos ha traído luz, amor y nuevas ideas. El trabajo que haces con la «voz de las plantas» y las fotos es bellísimo. Nos sirves de ejemplo e inspiración. Recibe un abrazo fuerte y muchos salams para ti.
Hoy en día, cada uno tiene que apañarse por sí mismo para encontrar su propio camino, careciendo de mapas o puntos de referencia o habiéndolos perdido o no fiándose de ellos, y sin tener muchas veces criterios ajenos ni propios para diferenciar lo verdadero de lo falso, la verdadera luz de los falsos brillos que confunden y nos hacen perdernos por caminos erróneos. Y si nos perdemos, perdemos el norte y es más fácil que peligre la armonía interior y por lo tanto, la salud psíquica.
La puerta para solucionar este tipo de problemas se ha demostrado que no está fuera -farmacología- sino dentro del propio individuo. ¿Cómo volver a «conectar» ese complejo sistema que es nuestra mente?
El decir, que la solución «está dentro» es en parte cierto, pero en parte no lo es, pues tiene su «peligro». Me explico. En mi experiencia, he podido comprobar que tanto las personas que sólo buscan soluciones fuera, como quienes sólo las buscan dentro, se pueden perder. Los primeros, en que los demás les arreglen la vida, en buscar una solución o un medicamento mágico, etc. Los segundos, si se meten demasiado hacia dentro, pueden desconectar del mundo ajeno y caer en un narcisismo o vanidad desmedidas que les hagan aislarse de otros, crear un mundo aparte en el que pierdan sensibilidad por entrar en relación con los otros o comprender sus propias dinámicas internas. Me parece que el equilibrio entre la conexión con el mundo de los demás y el mundo interno nos da pistas de que vamos por buen camino y de que nuestro «complejo sistema» se está «conectando». Se trata una vez más de integrar dimensiones y de tratar cada alteración al nivel que le corresponde, sea biológico, psíquico, espiritual, social, interno o externo.
encontrar el sentido de la vida para poder enfrentarnos al mundo que nos rodea. Tras el fracaso de muchas religiones que intentaron monopolizar esta cuestión, ¿cómo crees que debe enfrentarse el hombre a esta «asignatura pendiente»?
No considero que las religiones hayan fracasado por monopolizar la cuestión del sentido, sino que han sido mal utilizadas y distorsionadas por algunos seres humanos, que se han perdido, entre otras cosas, en sus delirios de poder o de vanidad personal. Con respecto a la cuestión planteada, me parece difícil responder en sólo unas líneas así que intentaré hacer una primera aproximación
el primer paso para enfrentarse a una «asignatura pendiente» es, en primer lugar, plantearse que es posible superarla. Para ello hay que ponerse a estudiar, ¿no? Así que lo primero que me atrevo a afirmar, es que buscar sentido es posible y buscar es el primer paso para encontrarlo. Si empezamos a caminar, y ponemos la actitud adecuada de escucha y apertura ante la realidad, que se nos pone de manifiesto en nuestra vida, podremos empezar a ver cosas que nos sirven de pista. Pero me parece que no debemos caminar solos, sino atrevernos a dialogar y compartir nuestras inquietudes con compañeros de camino y a la vez escuchar a los que antes buscaron y encontraron. Pero para aprovechar la experiencia de búsqueda, además, ya he señalado la necesidad de encontrar la actitud adecuada. Por eso, aparte de nuestra mirada hacia el interior, viene bien el diálogo con la realidad y con quienes saben más que nosotros de la vida, de los errores y aciertos del ser humano, de cara a aprender a cómo encontrar la actitud adecuada para mirar o para limpiar y pulir nuestra lente que puede estar empañada o deformada
la búsqueda del sentido de la vida o de lo más genuino del hombre, es mirar más allá de lo establecido habitualmente, es mirar al centro del corazón del hombre y por tanto a «mi lado» y buscar conectar con lo esencial de lo real que para mí es lo que integra y une todas las dimensiones de las que ya he hablado, aunque tengo la sensación de que la dimensión unificadora e inspiradora es la dimensión espiritual, que está en el centro del corazón del hombre y le pone en contacto con la realidad más fundamental, que es el amor incondicional. Ese amor incondicional arraigado en lo espiritual, es nada más y nada menos lo que me he encontrado en el mejor lado en el que podía buscar.
Salud mental en cifras
– 450 millones de personas en el mundo sufren algún tipo de inestabilidad mental.
– 350 millones padecen depresión.
– 50 millones son afectados por la epilepsia.
– 24 millones tienen esquizofrenia.
– Cada año, 1 millón se suicida.
– Entre 20 y 60 millones intentan quitarse la vida.
*Datos de la Organización Mundial de la Salud