Desde los horribles ataques terroristas perpetrados en América, la especulación de los medios de comunicación ha dirigido su infame dedo acusador hacia los musulmanes y el mundo árabe, lo que significa que el ciudadano común de Estados Unidos y otros países occidentales se ha convertido en presa fácil para los fanáticos antirreligiosos. ¡Que vergüenza!
Lastimosamente, el último horror que golpeó a los Estados Unidos parece haber sido causado por gente originaria del Medio Oriente, que llevan nombres musulmanes. Otra vez, la vergüenza.
Esto alimenta el odio por una religión y unas personas que no tienen nada que ver con estos eventos. Por esta razón, deseo explicar algunos elementos básicos acerca de este noble camino que llamamos Islam, antes de que (Al-lah no lo Permita) ocurra otro desastre, y la próxima vez probablemente el objetivo sean los musulmanes.
Yo entré al Islam a mis 20 años, durante mi periodo de búsqueda como una estrella pop errante. Encontré una religión que combinaba la razón científica con la realidad espiritual, en una fe unificada muy alejada de los titulares de violencia, destrucción y terrorismo.
Una de las primeras cosa interesantes que aprendí en el Corán fue que el nombre de esta fe (el Islam) proviene de la palabra Salam (paz). Lejos de ser el mensaje etnocentrista turco-árabe que yo esperaba, el Corán presentaba una creencia en la existencia universal de Al-lah, un Al-lah Único para todos. No hace discriminación entre las personas; dice que podemos ser de diferentes colores y formar diferentes tribus, pero todos somos humanos, y “las mejores personas son los que están más concientes de Al-lah”.
Hoy en día, como musulmán, he sido destrozado con el horror de los acontecimientos recientes; el despliegue de la muerte y la matanza indiscriminada de lo cual todos hemos sido testigos, ha mellado la confianza de la humanidad en sí misma. El terror a esta escala afecta a todos en este pequeño planeta, y nadie está libre de las secuelas. Además, debemos recordar que esta violencia es casi cotidiana en tierras musulmanas: esta no debe ser agravada por ataques vengativos sobre más familias inocentes ni comunidades.
Yo, al igual que la mayoría de los musulmanes, siento que es un deber aclarar que actos perpetrados de incomprensible matanza, no tienen nada que ver con las creencias islámicas. El Corán específicamente declara: Al-lah Dice (lo que se interpreta en español) {Quien mata a una persona sin que ésta haya cometido un crimen o sembrado la corrupción en la Tierra es como si matase a toda la humanidad. Y quien salva una vida es como si salvase a toda la humanidad} [Corán 5:32].
El Corán que nuestros jóvenes aprenden, está lleno de relatos y lecciones sobre la historia de la humanidad en su conjunto. Al Inyil (Evangelio) y la Torason mencionados también; ‘Isa (Jesús) e Ibrahim (Abraham), la paz sea con ellos, son mencionados también. De hecho, existen más menciones en el Corán acerca del Profeta Musa (Moisés), la paz sea con él, que de cualquier otro. El Corán reconoce la coexistencia de otras creencias, y con eso, reconoce que otras culturas pueden vivir juntas en paz.
Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {No está permitido forzar a nadie a creer} [Corán 2:256]. Esto significa que las personas no deben ser obligadas a cambiar su fe. También, Dice (lo que se interpreta en español): {Vosotros tenéis vuestra religión y yo la mía} [Corán 109:6].
Respetar los valores religiosos y la justicia son el centro del Corán. La historia coránica que enseñamos a nuestros jóvenes provee muchos ejemplos de relaciones interreligiosas e internacionales de cómo vivir en armonía.
Pero algunos extremistas toman fragmentos de las escrituras fuera de contexto. Actúan de manera individual, y cuando no pueden aparecer juntos como parte de una estructura política o un proceso consultivo, estas facciones disidentes crean sus propias reglas, contrarias al espíritu del Corán, el cual demanda que aquellos que son reconocidos como líderes de los musulmanes deben consultar entre sí sobre los asuntos de la sociedad. Existe una sura entera en el Corán titulada “La consulta”.
El bienestar comunal es primordial para la vida humana; por eso, existe un concepto en el Islam llamado Istihsan, que significa “buscar el bien común”. Aun cuando el Corán puede determinar un dictamen, también se supone que los estudiosos deben considerar las circunstancias prevalecientes en ese momento. Algunas veces eso significa escoger el mal menos perjudicial, o incluso suspender la legislación si es necesario: por ejemplo, una persona que roba pan durante una hambruna, no es tratada como un ladrón.
Una vez escribí en una canción: “¿Dónde juegan los niños?”. Nuestra simpatía y sentimiento sale a flote por las familias de todos aquellos que perdieron la vida en esos trágicos actos de violencia, al igual que todos aquellos heridos. Pero la vida debe continuar. Los niños aún necesitan jugar y la gente necesita vivir y aprender más acerca de sus vecinos, para que la ignorancia no engendre más fanatismo ciego. La moderación es parte de la fe; por tanto, esos que acusan a las escuelas musulmanas de fomentar el fanatismo, deben aprender un poco más acerca del Islam.
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Que perezcan quienes insisten en dificultar la fe”; y: “Un creyente permanece dentro de los límites de su religión siempre y cuando no mate a otra persona ilegalmente”. Tal conocimiento y palabras de guía se necesitan con urgencia en estos tiempos, para separar los hechos de la falsedad y para reconocer la definición que el último Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, hizo acerca de qué es lo que hace a una persona representativa o no de la fé que él practicó y enseñó.
De: Yusuf Islam (Antes: Cat Stevens)
La PAZ sea siempre con vos.
Suerte en estenuevo ciclo, que tu nuevo hogar te dé mínimo lo mismo que pones en el nuevo salto.
Aunque hayan distancias dispares, y no nos comuniquemos diariamente,, estas en nuestros corazones ; será una niña..
Te queremos más que millones
No puedes. Los salafis han llenado Europa, Inglaterra y Alemania bullen repletas de crimenes y asaltos y se multiplican cual plaga
El sijismo (en panyabí: ਸਿੱਖੀ) es una religión india que se desarrolló en el contexto del conflicto entre las doctrinas del hinduismo y el islam. A los seguidores del sijismo se les llama sijs. El término sij tiene su origen en el sánscrito śiṣya «discípulo, el que aprende» o śikṣa «instrucción».
La doctrina básica del sijismo consiste en la creencia en un único dios y en las enseñanzas de los Diez gurús del sijismo, recogidas en el libro sagrado de los sijs, el Gurú Granth Sahib. El sijismo combina el monoteísmo estricto, de origen musulmán, con tradiciones hindúes.
El número de sijs en el mundo se estima en unos 23 millones, lo cual hace del sijismo la quinta religión mundial. Unos 19 millones viven en India, y la mayor parte de éstos, en el estado de Panyab. La región de Panyab incluye también una parte de Pakistán, pero la mayor parte de los sijs que vivían en el territorio actual de Pakistán emigraron a India tras la partición de la India británica en 1947 para evitar las persecuciones religiosas. Existen numerosas comunidades sijs en el Reino Unido, en Estados Unidos y en Canadá. También son una minoría importante en Malasia y Singapur.
La forma literaria de la lengua panyabí, escrita en alfabeto gurmukhi, está muy ligada a la religión sij. De hecho, los hablantes de panyabí hindúes o musulmanes utilizan por lo general el hindi y el urdu, respectivamente, como lenguas escritas. Son principalmente los sijs quienes escriben en panyabí.
Tras las elecciones indias de 2004, el Dr. Manmohan Singh se ha convertido en el primer sij que ocupa el puesto de primer ministro de India. Es también el segundo no hindú en ocupar el cargo (después de la católica Sonia Gandhi).
El fundador del sijismo, Gurú Nanak, nació en 1469 en el seno de una familia hindú en el nordeste de la India. Tras cuatro largos viajes en direcciones opuestas a Tíbet, Sri Lanka, Bengala, y a La Meca y Bagdad, Gurú Nanak predicó a hindúes y musulmanes, captando así a un grupo numeroso de discípulos (sijs). Según sus enseñanzas, la religión debería ser un medio de unión entre los seres humanos, pero, en la práctica, ésta parecía enfrentar a las personas.
En este sentido, lamentaba de forma especial el enfrentamiento entre hindúes y musulmanes, así como las prácticas de carácter ritual que apartaban al ser humano de la búsqueda de Dios. Su intención era llegar a una realidad más allá de las diferencias superficiales entre las dos religiones. De ahí su famosa máxima «No hay hindúes, no hay musulmanes».
La posición doctrinal de Gurú Nanak se apoya en un hecho básico: la autoridad del Dios único, el Creador. Gurú Nanak llamó a Dios el «Nombre Verdadero» porque quería evitar el uso de un nombre concreto. Gurú Nanak enseñó que el Nombre Verdadero, aunque pueda recibir numerosos nombres en diferentes lugares es, esencialmente, el Dios único, soberano y omnipotente.
Gurú Nanak conservó el concepto hindú de maya (‘ilusión’). El mundo se nos manifiesta como si fuera real, pero la auténtica realidad es sólo la de Dios. El mundo material es una ilusión que impide a muchos seres humanos, abandonados a los placeres materiales, ver la realidad auténtica y única de Dios.
La fe sij conserva la creencia hindú en la reencarnación, pero considera que el ser humano puede liberarse del ciclo de reencarnaciones mediante la virtud, que le permite alcanzar la morada del amor de Dios. En cambio los hindúes creen que la virtud sólo produce una reencarnación en mejores condiciones de vida.
Gurú Nanak se opuso al sistema de castas. Sus seguidores le llamaban el «gurú» («profesor»). Antes de su muerte, designó a un nuevo gurú como sucesor, encomendándole el liderazgo de la comunidad sij. Este procedimiento de designación de un sucesor fue continuado hasta que el décimo gurú, Gurú Gobind Singh (muerto en 1708), instituyó el culto sij en el año 1699, dotando a los sijs de una identidad como religión independiente y designó al libro sagrado Gurú Granth Sahib como undécimo y definitivo gurú a perpetuidad.
La autoría del texto sagrado sij corresponde a los gurúes empezando por el quinto, Gurú Arjan, que en 1604 comenzó la redacción del texto sagrado. El libro sagrado de los sijs tiene la particularidad de haber sido escrito por los propios fundadores de la religión, a diferencia de los libros sagrados de otras grandes religiones. Está escrito íntegramente en alfabeto gurmukhi, pero en varias lenguas: panyabí, sánscrito, boipurí y persa.
El libro original se guarda en el Templo Dorado, pero existe una copia en cada templo. A cada ejemplar se le trata como si fuera una persona viva, acostándolo en una cama en el templo cada noche y abanicándolo.
Los sikhs gobernaron una basta confederación de reinos gobernados teocráticamente conocido como el Imperio Sikh, que desapareció tras dos guerras contra los británicos, siendo derrotados en la segunda, conocidas como la primera y seguna guerras anglo-sikh, tras lo cual el territorio sikh fue anexado a la colonia británica de India.
La Paz empieza por uno mismo, en japón , las artes marciales, aprendes, sientes el dragón que llevas dentro.
Asumamos que todo lo que existe fuera, y nos toca de alguna forma, es trabajo para uno mismo, donde no tengo paz con mi entorno, donde no soy tolerante con los de mi entorno, donde salta de forma reaccionaria mi prejicio cuando sucede algo externo y levanto rápido mi dedo para acusar a la situación o a la persona de algo que sólo es mi prejuicio, si todos nos esforzamos en ser paz, en trabajar la paz con cada cosa que nos rodea, donde sea capaz de no ejercer el control, así sería todo Paz.