Mantén tu atención delante de ti a cada paso que das. Conciencia de las acciones. Significa que el seguidor mientras camina debe mantener sus ojos en sus pies. Donde el este por poner sus pies, sus ojos deben estar allí. El no debe mirar aquí o allá, derecha o izquierda o frente a él, porque visiones innecesarias pondrán velos a su corazón. La mayoría de los velos del corazón son creados por las imágenes que son transmitidas desde sus ojos hacia su mente durante su vida diaria. Estas pueden perturbar su corazón con turbulencia a causa de los diferentes tipos de deseos que han sido marcados en su mente. Estas imágenes son como velos en el corazón. Ellas bloquean la Luz de la Presencia Divina. Es por lo que los santos sufíes no le permiten a sus seguidores, que ya han purificado sus corazones a través de constante dikhr, mirar otra cosa que a sus pies. Sus corazones son como espejos, reflejando y recibiendo cada imagen fácilmente. Esto puede distraerlos y llevar impurezas a sus corazones.
Entonces al seguidor se le ordena bajar su mirada para no ser asaltado por las flechas de los demonios. Bajar la mirada también es un signo de humildad. La gente orgullosa y arrogante nunca miran sus pies. También es una indicación de que uno esta siguiendo las pisadas del Profeta (la paz sea con él), quien nunca miraba a la derecha o izquierda cuando caminaba, sino que solía siempre mirar sus pies, moviéndose rápidamente hacia su destino. También es un signo de un estado elevado, cuando el seguidor no mira a ningún lado salvo hacia su Señor. Como aquel que trata de llegar a su destino rápidamente, el buscador de la Presencia Divina de Dios, no mira ni a la derecha ni a la izquierda, no mira a los deseos de este mundo, sino que solo busca la Presencia Divina.
Imam ar-Rabbani al-Faruqi dijo:
La mirada precede al paso y el paso sigue la mirada. La ascensión a un estado superior es primera con la visión, seguida por el paso. Cuando el paso llega al nivel de la elevación de la mirada, entonces la mirada será alzada a otro estado, al cual el paso la seguirá alternadamente. Luego la mirada será alzada incluso más alto y el paso la seguirá en su momento. Y así, hasta que la mirada llega a un estado de perfección en la que tire al paso. Nosotros decimos, ‘Cuando el paso sigue la mirada, el discípulo ha alcanzado el estado de aptitud para aproximarse a las pisadas del Profeta, la paz sea con él. De modo que las pisadas del Profeta (la paz sea con él) son consideradas el origen de todos los pasos.’
Shah Naqshband dijo, «Si miramos los defectos de nuestros amigos, nos quedaremos sin amigos, porque nadie es perfecto.»